LA NOSTALGIA
Es hija del pasado,
igual que la locura.
Su paso es insidioso
como el de la duda.
Y toda vez que puede,
desde el crudo recuerdo,
oprime, silenciosa,
frágiles sentimientos.
Remueve en nuestro pozo
un barro más que espeso.
Pretende transformarlo
en agua y alimento,
y lo único que logra
es que duela en el cuerpo:
el error cometido,
el amor traicionero,
las tristes realidades
que no vimos a tiempo,
el frágil equilibrio
entre el hoy y el recuerdo,
el amor que perdimos,
la ilusión de tenerlo,
las culpas del pasado
que no hemos resuelto,
los por qué sin respuestas,
las quejas de los nuestros,
y en un rincón del alma,
las lágrimas del tiempo
que tanto derramamos
tras anhelos y sueños
amando lo perdido
y añorando en silencio.
Marcelo Pablo Rinaldi
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