BUSQUEDA

En todo lo creado hay un secreto
que al que lo observa abarca y compromete
también el arte de tejer los versos
busca ese no sé qué, que lo entretiene.

¿Será acaso una forma de alimento?,
¿Un modo de inspirarme que, inasible,
buscando lo sutil en las alturas
hace fácil y simple lo difícil?.

¿Está en el alba, acaso en el poniente?.
¿En diáfanas y míticas ciudades?,
es la puerta cerrada inútilmente
y es a la vez la llave que la abre.

Amó la humanidad este misterio:
si es ficticio o real, nadie, lo sabe,
lo han perseguido errantes,-es muy cierto-,
a través de los tiempos por las calles.

Le han dado muchos nombres: el dinero,
la verdad, la belleza, o el amor,
esto que aquí yo nombro los conduce
por distintos caminos como un Dios.

Tras la cruel zanahoria como burros,
como Icaro o Dédalo tras Febo,
siendo tiranos, víctimas o héroes
andamos en su busca, sin saberlo.

¿Será la salvación, y Dios y el cielo?,
¿será el ajeno Olimpo y su esplendor?,
¿será el plato de sopa, o el diamante,
el poder, las riquezas, la canción?.

¿Será la sabia musa de las artes
lo que tanto he buscado sin saberlo?,
¿Como podré encontrar yo lo inasible,
lo indefinido, mágico y excelso?

Quizás no sea ajena ésta pregunta
a tí, lector de mis humildes versos,
acaso tú también estés buscando
aquello que describo y no comprendo.

Es un tesoro oculto en unas islas
tan útil como mítico, tan cierto,
las islas que te nombro son ficticias
y a la vez muy reales, un misterio

de los mares ocultos a los ojos
que para algunos es un mar interno.
No hay que adentrarse solo en esos mares,
es la clave y la regla, marinero.

Sabios, necios, pasaron en su busca
tras los siglos siguiéndoles las huellas.
Cubre el tiempo su halo legendario
y a la vez las defiende y las renueva.

Marcelo Rinaldi

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