TODO AMOR

Amo los trigales repletos de espigas,
y las cristalinas aguas de coral,
que bajan del monte, sedientas de vida,
y a la tierra herida van a fecundar.

Amo la paciencia del viejo que mira,
amo a los pequeños jugando en la paz
de un día soleado, entre cantarinas,
aguas que, sedientas, van hacia la mar,

Amo oír al viento, cuando trae tormenta
y la polvorienta siesta, y, la verdad
es que al amar todo ésto la vid me llena,
de olores, y climas, de brisas de mar,

de horas serenas rastreando las huellas
del ciervo en el río, del pez en el mar,
del alma que busca en todo lo vivo,
aquello que ama y un día hallará.

Marcelo Pablo Rinaldi
Buenos Aires 
Argentina

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